Cómo la IA está configurando el sistema sanitario del futuro

En el futuro, los médicos deberán atender a cada vez más pacientes de la forma más rápida, eficaz y rentable posible. La empresa estadounidense Forward Health tiene ahora una idea totalmente nueva de cómo podría funcionar esto. Fundada en 2017 por el exdirectivo de Google Adrian Aoun, la empresa ha inventado el CarePod, una consulta médica con inteligencia artificial, pero (casi) sin médico.

• Una cápsula de seis metros cuadrados sustituye al médico de familia
• El trabajo de los médicos se amplía con ayuda de la IA
• Noah Labs: empresa alemana de IA en alza
• La IA reacciona automáticamente ante las anomalías
• La IA se inspira en los estudios de software de Harvard
• Las aplicaciones de la IA ya se han consolidado
• La IA en el sector sanitario aún tiene mucho potencial
• Los problemas éticos y de protección de datos frenan el progreso de la IA

Esta cápsula de seis metros cuadrados, equipada con todo tipo de tecnología médica, se utiliza ya en centros comerciales y edificios de oficinas de Estados Unidos. Está diseñada para ofrecer a los usuarios las mismas opciones que una visita al médico de cabecera, casi de forma totalmente automática. Un asistente médico responde a las preguntas y resuelve los problemas, pero no realiza los exámenes.

Los servicios incluyen un escáner de cuerpo entero, salud cardiaca, pruebas de tiroides, tensión arterial, análisis de sangre, control de peso, pruebas de diabetes, Covid 19 y VIH, así como de salud renal y hepática. A bordo hay multitud de sensores, escáneres, micrófonos, cámaras y equipos para tomar muestras. Los médicos sólo tienen que comprobar los resultados que se les transmiten y emitir las recetas, que se imprimen inmediatamente en el CarePod.

También responden a las preguntas de los pacientes a través de la aplicación y se encargan de derivarlos a especialistas si es necesario. Una voz virtual guía a los pacientes a través de los procedimientos, que también deberían ser fáciles de gestionar para las personas mayores. La visión del CEO de Forward, Adrian Aoun: "Tenemos que encontrar formas de ampliar el trabajo de los médicos para que puedan ayudar a más gente". La suscripción a todos los servicios de CarePod cuesta 99 dólares al mes.

Noah Labs está llamando la atención en Alemania. Esta innovadora empresa berlinesa está especializada en el desarrollo y la aplicación de inteligencia artificial (IA) para mejorar los diagnósticos médicos. Está dirigida a pacientes con enfermedades cardiovasculares y a las consultas y clínicas de cardiología y medicina general que los tratan.

"Los pacientes pueden registrar sus constantes vitales, síntomas y biomarcadores desde la comodidad de su casa utilizando smartwatches con ECG o tensiómetros con conexión a internet, por ejemplo", explica el fundador Oliver Piepenstock en una entrevista con ISPO. "A su vez, el personal médico puede vigilar todos los valores a través de un panel de control y recibir notificaciones automáticas en caso de anomalías".

El cofundador de Piepenstock, Marcus Hott, se inspiró en su investigación sobre software en la Facultad de Medicina de Harvard, donde reconoció el enorme potencial de la IA en cardiología cuando desarrolló algoritmos de resonancia magnética cardiaca. Completó sus estudios en la Universidad Técnica de Múnich.

"Y yo tengo experiencia como fundador y experto en finanzas", dice Piepenstock. "Nos conocimos en el programa de incubadoras 'Entrepreneur First'. Nuestra pasión compartida por las tecnologías pioneras en el sector sanitario nos llevó entonces a fundar Noah Labs."

La inteligencia artificial puede mejorar considerablemente la precisión y eficacia de los diagnósticos, sobre todo en medicina. En el campo del diagnóstico por imagen, por ejemplo las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas, las aplicaciones basadas en el aprendizaje automático ya han ganado una aceptación considerable.

Los médicos tratantes se ven aliviados por la IA y pueden centrarse más en sus consultas, las rondas de guardia o la admisión de nuevos pacientes. En los procedimientos quirúrgicos, los robots controlados por IA mejoran la precisión y la seguridad, lo que se traduce en tiempos de recuperación más rápidos y menos complicaciones.

En sanidad, la IA también ayuda en las tareas administrativas y puede optimizar los horarios del personal, lo que supone un importante ahorro de costes.

¿Dónde hay todavía potencial de progreso gracias a la IA en medicina? Otro campo de aplicación prometedor es el análisis de la voz en cardiología, explica Piepenstock: "Porque la voz humana puede proporcionar información valiosa sobre el estado de salud, incluida la frecuencia cardíaca y respiratoria. Los trastornos de la función cardiaca también pueden identificarse de este modo".

Piepenstock está convencido de que, dentro de unos años, "casi todos los profesionales sanitarios estarán equipados con un copiloto de IA que les apoye". En las últimas décadas, prácticamente todas las grandes industrias se han visto transformadas por la tecnología, pero al sector sanitario aún le queda mucho camino por recorrer.

"El sector sanitario es una de las últimas industrias que quedan", es la valoración de Piepenstock. El hecho de que el uso generalizado de la IA en la práctica médica avance con lentitud también tiene que ver con cuestiones normativas, éticas y de protección de datos. Además, la integración de soluciones de IA en las infraestructuras hospitalarias existentes requiere mucha inversión y personalización.

La IA de Noah Labs se está utilizando actualmente como proyecto piloto en consultas de medicina general y cardiología. También se está utilizando en varios estudios clínicos, por ejemplo en el hospital Charité de Berlín y en una clínica de Barcelona. Noah Labs también cuenta con el apoyo de EIT Health, una de las mayores iniciativas europeas para promover la innovación en el sector sanitario. Noah Labs también es miembro del Centro de Tecnología e Innovación Sanitarias de la Asociación Americana del Corazón.

"Aún nos queda mucho por hacer. El siguiente paso es conseguir que nuestra innovación se apruebe como producto sanitario de clase IIa. Queremos superar la marca de más de 1.000 pacientes monitorizados".